Teoría del Conocimiento
La teoría del conocimiento es una
doctrina filosófica. Para precisar su ubicación en el todo que es la filosofía,
es necesario que antes aparezca una definición esencial de esta.
El termino filosofía deriva del griego y
quiere decir amor a
la sabiduría o, lo que es lo mismo, deseo de saber, de conocer.
Es verdad que Kant en su primera
manifestación surge como una teoría del conocimiento o como base crítica del
estudio científico. Pero no se detiene en el ámbito teórico sino que avanza a
formular la base crítica de todos los campos conocibles. Al lado de la Crítica de la razón pura, se
encuentra la Crítica de la razón
práctica, que aborda el tema de la valorización moral,
y la Crítica del juicio, cuyo
objetivo son las investigaciones críticas
de los valores estéticos.
Así pues, en Kant aparece la filosofía como una reflexión universal del pensamiento sobre
sí mismo, como una reflexión del hombre estudioso sobre los valores de
su conducta.
La supresión de todos los
principios materiales y objetivos,
los cuales existen indudablemente en Kant, de manera que la filosofía asume un carácter puramente formal y metodológico. Ésta postura intelectual provoca una reacción
que forja un nuevo movimiento en
el pensamiento filosófico, el cual vuelve a inclinarse a lo material y
objetivo, constituyendo una renovación del carácter aristotélico.
En todo conocimiento podemos
distinguir cuatro elementos:
·
El sujeto que conoce.
·
El objeto conocido.
·
La operación misma de conocer.
·
El resultado obtenido que es la información recabada acerca del objeto.
Dicho de otra manera: el sujeto
se pone en contacto con el objeto y obtiene una información acerca del mismo.
Cuando existe congruencia o adecuación entre el objeto y la representación
interna correspondiente, decimos que estamos en posesión de una verdad.
LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO.
El ser humano puede captar un
objeto en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico.
Conocimiento sensible: consiste en captar un objeto por
medio de los sentidos;
tal es el caso de las imágenes captadas
por medio de la vista. Gracias a ella podemos almacenar en nuestra mente las
imágenes de las cosas, con color,
figura y dimensiones. Los ojos y los oídos son los principales sentidos
utilizados por el ser humano. Los animales han
desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.
Conocimiento
conceptual: consiste
en representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. La
principal diferencia entre el nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad
y universalidad que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de
conocimiento. El conocimiento sensible es singular y el conceptual universal.
Por ejemplo, puedo ver y mantener la imagen de
mi padre; esto es conocimiento sensible, singular. Pero además, puedo tener el
concepto de padre, que abarca a todos los padres; es universal. El concepto de
padre ya no tiene color o dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es singular,
y representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En cambio el
concepto de padre es universal (padre es el ser que da vida a otro ser). La
imagen de padre sólo se aplica al que tengo en frente. En cambio, el concepto
de padre se aplica a todos los padres. Por esto decimos que la imagen es
singular y el concepto es universal.
Conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con el riesgo de
muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para
hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel tampoco hay colores,
dimensiones ni estructuras universales
como es el caso del conocimiento conceptual. Intuir un objeto significa
captarlo dentro de un amplio contexto, como elemento de una totalidad, sin
estructuras ni límites definidos
con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad percibida en el
momento de la intuición (holos significa totalidad en griego).
La principal diferencia entre el conocimiento
holístico y conceptual reside en las estructuras. El primero carece de
estructuras, o por lo menos, tiende a prescindir de ellas. El concepto, en
cambio, es un conocimiento estructurado. Debido a esto, lo percibido a nivel
intuitivo no se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un
elemento de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero sin poder expresarla
adecuadamente. Aquí está también la raíz de la dificultad para dar ejemplos
concretos de este conocimiento. Intuir un valor,
por ejemplo, es tener la vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como
tal, pero con una escasa probabilidad de
poder expresarla y comunicarla a los demás.
Un ejemplo de conocimiento
holístico o intuitivo es el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia.
Cuando un científico deslumbra una hipótesis explicativa
de los fenómenos que estudia, podemos decir que ese momento tiene un
conocimiento holístico, es decir, capta al objeto estudiado en un contexto
amplio en donde se relaciona con otros objetos y se explica el fenómeno, sus
relaciones, sus cambios y sus características. El trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una hipótesis,
consiste en traducir en términos estructurados (conceptos) la visión que ha
captado en el conocimiento holístico, gracias a un momento de inspiración.
EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO.
1.- Racionalismo.
Se denomina racionalismo a la
doctrina epistemológica que sostiene que la causa principal del conocimiento
reside en el pensamiento, en la razón. Afirma que un conocimiento solo es
realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez universal. El
planteamiento mas antiguo del racionalismo aparece en Platón. El tiene la
íntima convicción de que el conocimiento verdadero debe distinguirse por la
posesión de las notas de la necesidad lógica y de la validez universal.
2.- El Empirismo.
Frente a la tesis del
racionalismo, el pensamiento, la razón, es el único principio del conocimiento,
el empirismo ( del griego Empereimía = experiencia ) opone la antítesis la
única causa del conocimiento humano es la experiencia. Según el empirismo, no
existe un patrimonio a
priori de la razón. La conciencia cognoscente no obtiene sus conceptos de la
razón , sino exclusivamente de la experiencia. El espíritu humano, por
naturaleza, está desprovisto de todo conocimiento.
El racionalismo es guiado por la
idea determinada, por el conocimiento ideal, mientras que el empirismo, se
origina en los hechos concretos.
Los racionalistas casi siempre
surgen de la matemática;
los defensores del empirismo, según lo prueba su historia, frecuentemente
vienen de las ciencias naturales.
Esto se entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor determinante en las
ciencias naturales.
En ellas, lo más importante es la
comprobación exacta de los hechos por medio de una cuidadosa observación. El
investigador depende totalmente de la experiencia. Suelen distinguirse dos
clases de experiencia: una interna y otra externa. El fundamento de un
conocimiento válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el pensamiento.
3.-
Apriorismo.
En la historia de la Filosofía
existe también un segundo esfuerzo de intermediación entre el racionalismo y el
empirismo: el apriorismo. El cual también considera que la razón y la
experiencia son a causa del conocimiento. Pero se diferencia del
intelectualismo porque establece una relación entre la razón y la experiencia,
en una dirección diametralmente
opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se sostiene que nuestro
conocimiento posee algunos elementos a priori que son independientes de la
experiencia. Esta afirmación también pertenece al racionalismo. Si
relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los dos extremos
contrarios entre los cuales pretenden mediar, inmediatamente descubriríamos que
el intelectualismo tiene afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo,
se acerca al racionalismo. El intelectualismo forma sus conceptos de la
experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y establece que el factor
cognoscitivo procede de la razón y no de la experiencia.
LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.
1.- El
dogmatismo.
Para el, resulta comprensible el
que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehenda su objeto, esta actitud se
fundamenta en una confianza total en la razón humana, confianza que aún no es
debilitada por la duda.
El dogmatismo supone
absolutamente la posibilidad y realidad del contacto entre el sujeto y el
objeto.
Para Kant el dogmatismo es la
actitud de quien estudia la metafísica sin
haber determinado con anterioridad cuál es la capacidad de la razón humana para
tal estudio.
2.-El
escepticismo.
El dogmatismo frecuentemente se
transforma en su opuesto, en el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera
que la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es comprensible
en sí misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto no puede
aprehender al objeto, afirma el escepticismo. Por tanto, el conocimiento,
considerado como la aprehensión real de un objeto, es imposible. Según esto, no
podemos externar ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras que el dogmatismo en
cierta forma ignora al sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.
El escepticismo se puede hallar,
principalmente, en la antigüedad. Su fundador fue Pirrón de Elis (360 a 270 ).
El afirma que no puede lograrse un contacto entre el sujeto y el objeto. La
conciencia y cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto.
3.- El
subjetivismo y el relativismo.
El escepticismo sostiene que no
hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no son tan radicales. Con
ellos se afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene una
validez limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez
de la verdad al sujeto que conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe
alguna verdad, alguna verdad absolutamente universal.
El subjetivismo y el relativismo
son análogos, en su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan la
verdad; no en forma directa como el escepticismo, pero sí en forma indirecta al
dudar de su validez universal.
4.- El pragmatismo.
El escepticismo presenta una
actitud esencialmente negativa. Formula la negación de la posibilidad del
conocimiento. El escepticismo adquiere un cariz positivo en el pragmatismo
moderno. El pragmatismo, al igual que el escepticismo, desecha el concepto de la
verdad considerado como concordancia.
El pragmatismo cambia el concepto
de la verdad en cuanto que es originado por una peculiar concepción de lo que
es el ser humano. Dentro de tal concepción el hombre no es primordialmente un
ser especulativo y pensante, sino un ser práctico, un ser volitivo.
5.- El
criticismo.
Existe una tercera postura que
resolvería la antítesis en una síntesis.
Esta postura intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre
de criticismo. Al igual que el dogmatismo, el criticismo admite una confianza
fundamental en la razón humana. El criticismo está convencido de que es posible
el conocimiento de que existe la verdad. Pero mientras que tal confianza
conduce al dogmatismo, a la aceptación candorosa, para decirlo en alguna forma,
de todas las aseveraciones de la razón humana y al no fijar límites al poder
del conocimiento humano, el criticismo pone, junto a la confianza general en el
conocimiento humano, una desconfianza hacia cada conocimiento particular,
acercándose al escepticismo por esto.
El criticismo examina todas y
cada una de las aseveraciones de la razón humana y nada acepta con indiferencia.
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